En un día como hoy, pero de 1948, es decir 75 años atrás, se presentaba el primer inflador de mano del mundo, diseñado especialmente para balones deportivos, aunque su uso se extendió posteriormente a otras actividades.
La presentación se concretó en “Carpintería Tossolini”, Tucumán 448, teniendo una estructura cilíndrica de madera. Más tarde se fabricó en bronce.
Hasta esa fecha para inflar un balón deportivo se necesitaba un fuelle, lo cual resultaba incómodo y poco práctico.
Los materiales utilizados fueron la gomorresina (incienso, palo santo, bronce, fundición y barniz).
Cabe señalar que sólo durante los primeros cinco años se mantuvo la fabricación y comercialización desde Bell Ville a todos los ámbitos deportivos provinciales, nacionales e internacionales. Luego, razones económicas y legales, exigencias desmedidas de los grandes vendedores y los sponsors oportunistas situados en los centros comerciales más importantes, auspiciantes deshonrosos, imitadores, etc., provocaron una serie de problemas y conflictos que llevaron al cierre de la fábrica.
Corresponde destacar que lo único que ha cambiado de ese primer inflador de mano hasta la nuestros días, son los materiales con los cuales se construye
El TOPOVAL, así llamado, era el homenaje a los inventores de la pelota de fútbol sin tiento: TO-Tossolini. PO-Polo. VAL-Valbonesi.
(Fuentes consultadas: González-Lloret y Licari)